Wednesday, May 09, 2007

Disfrutá el camino y disfrutá todos los paisajes que aparecen -los árboles, las montañas, las flores, los ríos, el sol, la luna y las estrellas- pero no te detengas en ninguna parte, a no ser que tu propia subjetividad sea su propio objeto. Cuando el observador es lo observado, cuando el conocedor es lo observado, llegaste a casa.
Esta casa es un templo real que estuvimos buscando durante muchas vidas, pero siempre nos perdemos; quedamos satisfechos con experiencias bellas.
Un buscador valiente tiene que dejar todas esas bellas experiencias de lado y seguir avanzando. Cuando se hayan agotado todas las experiencias y quede solamente él mismo en su soledad…no hay éxtasis más grande que ese, ninguna suerte es mayor, no hay verdad más verdadera; ingresaste a lo que llamo divinidad, te hiciste un dios.
Un viejo va a ver a su doctor:
-“Tengo problemas con el baño”, se queja.
-“Bien, a ver decime, ¿cómo está tu orina? ”
-“Todos los días a las siete, como un bebé”
-“Muy bien ¿y cómo va tu evacuación? ”
-“Todas las mañanas a las ocho en punto, como un reloj”
-“Pero, entonces, ¿cuál es el problema?”, pregunta el doctor.
-“Es que me despierto recién a las nueve…”

Estás durmiendo y llegó el momento de despertar.
Todas esas experiencias son experiencias de una mente somnolienta.
La mente que llegó a despertar no tiene experiencias en absoluto.