Monday, May 07, 2007

Esas máquinas

no pueden crear esa conciencia; esa conciencia la tenés que crear vos mismo. Pero esas máquinas ciertamente pueden crear, en diez minutos, una posibilidad que probablemente vos no seas capaz de crear en años de esfuerzo.
Entonces, no estoy en contra de estos instrumentos de alta tecnología; estoy totalmente a favor. Solamente quiero que esta gente que está diseminando estas máquinas por todo el mundo, sepa que está haciendo un buen trabajo, pero que está incompleto. Va a estar completo solamente cuando la persona en el silencio más profundo, esté también alerta, como una pequeña llama de conciencia que sigue ardiendo.
Todo desaparece; hay oscuridad, silencio y paz alrededor -excepto una inconmovible llama de conciencia. Entonces, si la máquina está en las manos apropiadas, y si se le puede enseñar a la gente que lo más real no va a llegar por la máquina, la máquina va a poder crear el terreno esencial para que esa llama pueda crecer.
Pero esa llama depende de vos, no de la máquina.
Entonces, por un lado estoy a favor de esas máquinas y por otro estoy muy en contra, porque mucha, mucha gente va a pensar:
“Esto es meditación”.
Y va a ser engañada. Estas máquinas van a hacer un daño inmenso, pero se van a extender por todo el mundo muy pronto. Y son simples -no hay mucho en ellas; es solamente cuestión de crear ciertas ondas.
Los músicos pueden aprender de esas máquinas el tipo de ondas que crean en la gente y pueden empezar a crear esas ondas con sus instrumentos. No hay necesidad de máquinas, los músicos solamente ya pueden crearte esas ondas, ¡y vas a empezar a quedarte dormido! Pero si podés estar despierto incluso en el sueño más profundo, cuando veas que te falta un paso para quedar inconsciente, aprendiste un secreto. Esa máquina puede usarse hermosamente.
Y esto es verdad para todas las máquinas del mundo: en las manos apropiadas, pueden usarse tremendamente para el beneficio de la humanidad. En las manos equivocadas pueden convertirse en trabas.
Y, lamentablemente, hay tantas manos equivocadas…

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