Wednesday, May 02, 2007

LINEAMIENTOS HACIA LA LIBERTAD

De hecho, este es el verdadero espectador. La felicidad la disfrutás, ¿qué hay de malo en eso? Cuando la felicidad se fue y te pusiste triste, ¿qué tiene de malo la tristeza? Disfrutála. Una vez que seas capaz de disfrutar la tristeza, entonces no sos ninguna de las dos cosas.
Y te digo esto: si disfrutás la tristeza, va a tener su propia belleza. La felicidad es un poco hueca, se queda en la superficie. La tristeza es como una noche oscura, muy profunda. La oscuridad tiene su propio silencio y la tristeza también. La felicidad es burbujeante, tiene un sonido, es como un río en las montañas; se crea el sonido. Pero en las montañas un río nunca puede ser muy profundo; siempre es hueco. Cuando llega a la planicie, llega a ser profundo, pero ya no hay sonido.Avanza como sin moverse. La tristeza tiene su profundidad.
¿Por qué crear problemas? mientras estés feliz, estáte feliz, disfrutalo. No te identifiques con la felicidad; cuando digo que seas feliz, quiero decir que lo disfrutes. Dejá que sea como el clima, que pase y cambie. El amanecer se convierte en día, el día en atardecer y después viene la noche. Dejá que la felicidad sea el clima alrededor tuyo. Disfrutala, y cuando venga la tristeza, disfrutala también. Te estoy enseñando a gozar en cualquier caso. Sentáte en silencio y disfrutá la tristeza, y de repente, la tristeza ya no es más tristeza; se transformó en un momento de silencio y de paz, bello en sí mismo. No hay nada de errado en eso.
Y después viene la última alquimia, el punto donde repentinamente te das cuenta que no sos nada de eso -ni la felicidad, ni la tristeza. Sos el observador: observás las cumbres, observás los valles; pero vos no sos nada de eso.
Una vez que llegás a ese punto, podés empezar a celebrar todo: celebrás la vida, celebrás la muerte.

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